En épocas anteriores la terapia de la dislexia se fundamentaba en el concepto del esfuerzo del ámbito de lateralidad, orientación espacial, grafo motricidad, orientación temporal y seriaciones. Hoy en día estas terapias están siendo dejadas de lado.Una terapia muy usada es el sobreaprenizaje, el cual consiste aprender la lecto- escritura de manera apropiada al ritmo y las oportunidades del niño. En está terapia es significativo emplear ejercicios motivadores para el niño, para que de esta forma se aproxime de manera agradable a la lecto-escritura . Por otra parte, esta terapia tiene que tener presente la edad y le instante evolutivo del niño (MªDolores Alcántara Trapero, 2008).
Está autora dice que dependiendo de la edad de los niños disléxicos habrá que emplear unas terapias diferenciadas:
En Educación Infantil : se debe insistir de forma anticipada en los requisitos de la lectura. Será fundamental el incremento de la conciencia fonológica. Se emplean materiales orales (inventar canciones, derivar palabras, etc.)
Entre los 6 y los 9 años: se procura incrementar la conciencia fonológica (destreza que deja a los niños identificar y emplear los sonidos del lenguaje verbalizado) tanto verbal como escrita, y mejorar la sistematización de la mecánica lectora. Para el aumento de esa habilidad se emplean medios parecidos a los empleados en la Educación Infantil. Para la sistematización de la mecánica lectora, se tratará de conseguir que el niño ponga en práctica lo más a menudo la lectura en voz alta. Una pilar básico es la lectura para poder progresar en sus destrezas. Es imprescindible para ello recoger textos apropiados a la edad y gustos del alumno y animarlo para conseguir que leer sea un ejercicio interesante para él. A partir de los 10 años: es complicado aumentar esa conciencia y la automatización de la lectura. Desde esta edad, los propósitos serán distintos. Se incide sobre todo en la enseñanza de tácticas de compresión de textos. En este período es atrayente exponer tácticas para paliar los déficit, como añadido a la recuperación. Estás tácticas procuran una adecuación a la vida diaria basándose en sus puntos fuertes sin cambiar las capacidades deficitarias del individuo. Como herramientas de ayuda, se pueden emplear las calculadoras, las grabaciones de voz, las tablas de datos, etc. Los procesadores de texto son asimismo importantes para rectificar inmediatamente muchas faltas de ortografía y ayudar a redactar con el apoyo de diccionarios individualizados y de materias, que proponen palabras.
Mª Dolores Alcantara Trapero (2008) "La dislexia un problema a atender". recueperado: https://archivos.csif.es/archivos/andalucia/ensenanza/revistas/csicsif/revista/pdf/Numero_13/DOLORES_ALCANTARA_1.pdf
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