Según Diana Hudson (2017) la actitud del docente es importante. Hay que ser comprensivo, manifestarse confiado y permitir que todos los alumnos con dislexia conozcan que se entienden sus dificultades. Hay que decirles que se tiene presente que son inteligentes y que se espera de ellos que alcancen los mismos objetivos que los demás, aunque puede que sus estrategias de aprendizaje sean ligeramente diferentes. Hay que acordarse de que los alumnos con dislexia necesitarán de más tiempo para analizar enunciados por escrito y escribir las contestaciones. Es preciso trabajar con el alumno para diseñar unas técnicas de aprendizaje exitosas . Hay que mantener el optimismo y estar preparados para probar nuevas perspectivas.
Hay que garantizar que estos alumnos se sienten en la zona delantera, en las primeras filas . Ello posee muchas ventajas:
Pueden mirar la pizarra claramente, lo cual les facilitará con la lectura.
Es más posible que se muestren interesados en los contenidos de la clase y que no se entretengan.
Se puede contemplar fácilmente su tarea y saber si la están sacando adelante.
Se puede comprobar la información de la que toman nota.
Lectura:
Hay que acordarse continuamente de que los alumnos con dislexia necesitarán de más tiempo para leer un texto y puede que les resulten dificultoso el procesar el contenido a la vez que leen.
Quizá no sean iguales a los demás en la lectura, así que es preciso motivarles a leer atentamente los enunciados y lograr que realicen dicha acción por dos veces.
Hay que tratar de imprimir en hojas de diferentes colores. Merece la pena probar con esto. Ellos mismos nos harán saber cuál les funciona mejor.
Es preferible usar una fuente de letra clara y grande.
Se debe poner una pregunta por hoja. Hay que evitar dar a los alumnos con dislexia enunciados en tamaño pequeño para economizar papel.
Lectura en voz alta:
Puede ser una significativa fuente de miedo, estrés y ansiedad para determinados alumnos. Con frecuencia temen que lleguen ese instante. No se les debe ordenar que lean en voz alta, sin una preparación previa.
Determinados alumnos se animarán si disponen del texto en cuestión con anticipación. Si es viable, hay que enseñarles una parte del mismo, para que puedan analizarlo antes de leerlo.
En ocasiones es más fácil leer una copia del texto, impresa en mayor tamaño de fuente.
Muchos alumnos con dislexia son buenos actores, presentadores y oradores, pero poseen dificultades con la lectura perceptiva visual.
Es preferible faciltarles el texto con anticipación.
Ortografía
Hay que realizar una lista de palabras clave de cada tema. Los alumnos pueden hacer un cuaderno de vocabulario.
Es preferible el usar color para conseguir que las listas de vocabulario sean más coloridas, particularmente para las lenguas extranjeras. Quizá los nombres pueden ir en una hoja de un color.
Las reglas nemotécnicas pueden resultar muy útiles brillantes para palabras con una ortografía difícil. Es deseable buscar algunas de estas reglas para la materia que se imparte, o hacer que los alumnos las crean por sí mismos.
Se recomienda usar todo truco o broma que se nos ocurra para ayudar a fijar la ortografía de palabras difíciles, de la asignatura.
En cuanto a los deberes Diana Hudson (2017) dice que puede parecer muy desalentador hacer estos trabajos, puesto que los alumnos con dislexia se sienten afectados cuando sienten una tarea como “grande”. Tienden a ver la amplitud del conjunto del proyecto en vez de dividirla en pequeños objetivos más fáciles de aceptar. Para evitar el desaliento, se puede fragmentar la tarea en pequeños y manejables trozos, y estableciendo distintas fechas de entrega para los diferentes apartados. Subrayar qué es lo que el educador espera de los alumnos exponiendo cuales son las partes que hay que terminar, proporcionando un número de palabras cercano y proponiendo un marco temporal. A veces se puede poner deberes que sean creativos y que les deje a los estudiantes con dislexia utilizar su talento. El educador organizará unos deberes de los que los estudiantes con dislexia puedan gozar. El educador que vaya a revisar los deberes revisará la información, no la ortografía. Hay que acordarse de que habitualmente hay una distinción entre la capacidad académica y la lengua escrita.
En cuanto a la organización comenta que Las personas con dislexia habitualmente tienen dificultades muy personales con la planificación. Es posible que lean con fallos las instrucciones, no recuerden el material que debe llevar, y llegan tarde y cansados a las aulas. Planear con tiempo y llegar a las fechas de entrega adecuadas, puede suponer dificultades añadidas. En estas situaciones, el estudiante precisará de ayuda. Cuando deban memorizar para los exámenes, es posible que los estudiantes con dislexia tenga una mala memoria a corto plazo. Precisará algo con lo que relacionar la información para guardarla en la memoria durante un largo período de tiempo, de forma que el aprendizaje va a necesitar más tiempo y será más complicado de lo que lo es para la mayoría de los alumnos. (Diana Hudson, 2017 )
Hudson D., (2017), Dificultades Específicas de Aprendizaje y otros Trastornos, Guía Básica para Docentes, Madrid (España), Narcea.
Comments